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Hoy quiero hablarles de un tema que está revolucionando nuestra vida digital: la inteligencia artificial generativa, o simplemente GenAI. ¿Alguna vez han usado herramientas como ChatGPT, Midjourney o Suno AI? Si es así, saben que son capaces de crear contenido al instante con sólo escribir un par de líneas. Es casi como magia, pero detrás de esta “magia” hay un mundo fascinante de tecnología y recursos que vale la pena explorar.

¿Qué es la Inteligencia Artificial Generativa?

La inteligencia artificial generativa se refiere a sistemas que pueden crear texto, imágenes y otros tipos de contenido a partir de instrucciones que se les dan. Si alguna vez han abierto una aplicación de IA y vieron cómo su petición se convierte en una obra, quizás no se han detenido a pensar en el trabajo que hay detrás. Desde la recolección de enormes cantidades de datos hasta el entrenamiento de modelos de lenguaje, hay una serie de procesos complejos que hacen posible esta maravilla tecnológica.

¿Dónde se realiza todo este trabajo?

Aquí es donde las cosas se ponen interesantes. La mayoría de las tareas relacionadas con GenAI no se realizan en nuestros dispositivos personales. Las empresas detrás de estas herramientas, como OpenAI, utilizan grandes centros de datos repletos de servidores potentes para manejar todo el procesamiento. Estos centros son como fábricas de datos, y requieren no sólo de una gran cantidad de energía y recursos; también necesitan de algo aparentemente poco relacionado con la tecnología: agua. 

El consumo de agua en la era de la IA

Hablemos de números. Según un informe de Microsoft, el consumo de agua de la compañía creció un 34% entre 2021 y 2022. Este aumento coincide con el lanzamiento de ChatGPT, que fue en noviembre de 2021. Pero, ¿qué significa esto en términos prácticos? Investigadores de la Universidad de California realizaron un estudio que revela que generar un simple correo electrónico de 100 palabras en ChatGPT consume aproximadamente 519 mililitros de agua. ¡Eso es más o menos el contenido de una botella de medio litro!

Esto puede parecer sorprendente, pero es solo la punta del iceberg. Google, por su parte, también reportó un aumento del 20% en su consumo de agua durante el mismo periodo. La razón detrás de esto es simple: los centros de datos necesitan agua no sólo para su funcionamiento, sino para mantener una temperatura adecuada y evitar el sobrecalentamiento.

¿Por qué es importante?

La creciente demanda de recursos por parte de estas tecnologías plantea importantes preguntas sobre sostenibilidad. A medida que la inteligencia artificial se convierte en una parte integral de nuestras vidas, es esencial que las empresas tecnológicas busquen soluciones innovadoras para reducir su huella ambiental. Muchas de ellas ya están tomando medidas. Por ejemplo, Microsoft ha experimentado con centros de datos sumergidos en el océano para aprovechar el agua fría y reducir la necesidad de refrigeración adicional.

Además, empresas como Meta y Google están considerando mover sus servidores a regiones donde el agua es más abundante, con el objetivo de minimizar el impacto ambiental. Sin embargo, la realidad es que, a medida que la GenAI continúa creciendo, también lo hará la necesidad de recursos para soportarla.

Mirando hacia el futuro

A medida que nos adentramos en esta nueva era tecnológica, es fundamental que seamos conscientes de los recursos que consume la inteligencia artificial generativa. La próxima vez que utilicen estas herramientas, piensen en el proceso que hay detrás y en el impacto que tienen en el mundo. La GenAI no es sólo una maravilla tecnológica; es un recordatorio de que, a medida que avanzamos, debemos encontrar un equilibrio entre la innovación y la sostenibilidad.

Así que la próxima vez que vean esa «magia» en acción, recuerden que detrás hay un mundo de datos, energía y, por supuesto, agua. La inteligencia artificial generativa ha llegado para quedarse, y cómo la manejemos será crucial para nuestro futuro.